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Noviazgos no deseados

La agresión en el noviazgo es provocado por aquella persona que tiene problemas ya sea mentales, o porque en su núcleo familiar se le agredía. Hay varias parejas que sufren violencia en sus relaciones y que callan, y esa no es la idea, ya que pueden terminar en situaciones peores.

La violencia en las relaciones de noviazgo se define como todo ataque intencional de tipo sexual, físico o psicológico, de un miembro de la pareja contra el otro en una relación de noviazgo con el objeto de controlar o dominar a la persona. Una relación con estas características suele denominarse un noviazgo violento.

Se transformó el cuento de hadas

Una historia basada en hechos reales. Los nombres de los personajes se han modificado.

 Melanie y Jonathan eran una pareja joven de 19 y 20 años de edad. Todo comenzó como un cuento de hadas así como todas las relaciones. Pero nada terminó como se esperaba en el fin de una hermosa historia de amor que toda mujer u hombre han de soñar. Después del año de noviazgo empezaron los problemas, entre esos los gritos e insultos. Y fue así como empezó la agresión en el noviazgo entre ambos.

De gritos e insultos pasaron a los golpes. Jonathan era el que agredía físicamente a Melanie cuando se enojaba. Pero, ¿Cuáles son las específicas causas de esta problemática? Son muchas entre esas: los celos, la provocación, problemas psicológicos. En este caso Jonathan agredía verbal y físicamente a Melanie por celos y porque ella misma lo provocaba.

Melanie era una muchacha que estaba totalmente enamorada de Jonathan, pero él jugaba con sus sentimientos, hablaba con otras muchachas y se metía con ellas también. Melanie al darse cuenta de esto, empezó a llorar todas las noches. Llegó un punto en donde ella empezó a celar y provocar a su novio y a él no le gustó. Ahí comenzaron los insultos y golpes hacia ella.

A pesar de la agresión que recibía Melanie, ella no dejaba a Jonathan. Era tan grande su amor que aguantaba sus insultos y golpes. Pero no era un amor verdadero sino un amor enfermizo.

La historia de Melanie y Jonathan es el ejemplo de una problemática que se ha estado dando a nivel nacional: La agresión en el noviazgo. Por ejemplo en Heredia, un gran porcentaje de las relaciones de noviazgos viven en medio de golpes físicos y verbales. Son varias las causas de este fenómeno que más adelante se detallará de él.

Realidad en silencio

 

Este tipo de relaciones donde se involucran las agresiones se viven a diario y muchos no lo notan. Un estudio realizado con un porcentaje importante de jóvenes así lo demuestra. La Universidad Nacional (UNA) mostró en marzo del 2016 en conjunto con dos universidades españolas, la existencia de comportamientos agresivos en parejas adolescentes.

Los datos arrojan que de 468 jóvenes encuestados entre los 15 y 18 años de la provincia de Heredia han sufrido algún tipo de agresión durante una relación de pareja precoz.

Las agresiones sufridas se basan en discusiones verbales que se basan en palabras fuertes a la hora de tratarse, en faltas de respeto al conversar y de gestos. De esos jóvenes entrevistados se destacó que el 86.2% de los hombres y el 94.6% de las mujeres confirma haberlas cometido y un porcentaje igualmente significativo reconoce haberlas sufrido.

Otra de las agresiones sufridas por los adolescentes son las sexuales donde el 50% de los hombres y el 37.9% de las mujeres encuestadas reconoció haber cometido alguna de estas en al menos en una ocasión.

También se detalla la agresión física, en este caso el 12.8% de los hombres y el 23.9% de las mujeres admite haber cometido una o más agresiones de este tipo en sus relaciones de pareja en el último año, mientras que el 18.3% de ambos sexos asegura haberlas experimentado.

Amor a los golpes

Melina y Miguel tienen 20 y 21 años de edad. Su noviazgo no fue como deseaban. Melina era agredida física y psicológicamente por su novio. Miguel la llegaba a buscar en cualquier lugar donde ella se encontraba, ahí empezaban las escenas de celos que incluían golpes e insultos.

Melina por más que se alejara de Miguel, él la buscaba le pedía perdón y volvían. Pero a los días regresaba el infierno para ella. Así sucedió durante 4 años, Melina caía en las manos de Miguel cada vez que existiera una excusa que avalara un perdón y todo para volver y volver a ser agredía.

Miguel era un hombre machista, no dejaba que su novia hiciera nada con sus amigas y si ella lo hacía, él le pegaba. Melina no lo provocaba ni le causaba celos, ella solo le temía al hombre que decía amar, el temor recaía en que cada vez que lo tenía en frente existía una acción de maltrato.

Al pasar el tiempo, ella quedó embarazada “del amor de su vida”, pero sin saberlo, su relación ya había acabado. La enamorada en medio de la noticia de su primogénito, se enteraba lentamente que su relación era un riesgo y mucho más estar ahora al lado de Miguel, sabía con claridad que sería un riesgo para ella y el embrión que se desarrollaba en su vientre. En ese momento empezó la presión de su madre de dejar al hombre que la maltrataba, pero, no fue así. Ella y Miguel se seguían viendo a escondidas.

Cuando ella tenía 5 meses de embarazo fue a casa de su novio en secreto y lo encontró con otra mujer, ella les gritaba, la reacción de Miguel en ese momento fue sacarla de la vivienda, sin una explicación y no sin antes tirarla contra el suelo y golpearla aun sabiendo que dentro de la joven había una vida que luchaba también contra esas agresiones. Fue hasta ese momento, que crudamente la mente de Melina empezó a aclarar, logrando entender que no debía buscar más a quien era el daño más grande de su vida.

La historia de Miguel y Melina demuestran otro ejemplo de lo que es la agresión en el noviazgo. Muchas parejas sufren distintas formas de agresión en su relación.

¿Se puede detectar quien es agresor (a)?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca en una publicación realizada en enero del 2016 que las personas agresoras se desarrollan desde su ámbito de infancia.

“Las personas agresoras son inseguras y necesitan tener la atención de otra persona por lo que deben ejercer el mayor dominio sobre sus parejas para de este modo asegurarse que tienen el control de la situación”, detallo la psicóloga Daniela Aguilar.

Además entre otros factores asociados a un mayor riesgo de cometer actos violentos están el bajo nivel de instrucción, el maltrato infantil o haber estado expuesto a escenas de violencia en la familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género.

“Generalmente este tipo de persona suele tener algunos patrones muy marcados, como aislar a sus parejas de los círculos de amigos, inclusive de la misma familia. Pedir la contraseña del Facebook a su pareja, pedirle el celular para revisar sus conversaciones, hasta indicarle que amistades debe tener o que ropa utilizar; son algunos de los factores más comunes”, aseguró Aguilar.

Es importante mencionar que una persona que es agresora no cambia, ya que como están acostumbrados a mantener el dominio, someter a la otra persona, a tener el control de la vida de los demás, siempre buscara hacerlo con todas las personas con las que inicie una relación.

Tipos de Violencia

Hay varios tipos de violencia pero entre ellos los que más se practican dentro de un noviazgo según la Psicóloga Daniela Aguilar son:

Violencia Psicológica: es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo. Restricción a la autodeterminación entre otros.

Violencia Física: es cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones ya sean internas, externas, o ambas.

Violencia Sexual: La violencia sexual se manifiesta con actos agresivos que mediante el uso de la fuerza física, psíquica o moral reducen a una persona a condiciones de inferioridad para imponer una conducta sexual en contra de su voluntad. Este es un acto que busca fundamentalmente someter el cuerpo y la voluntad de las personas.

Aguilar asegura que todo empieza por la violencia psicológica así visto en las historias reales contadas en este reportaje. Como la de Melanie y Jonathan que todo comenzó por los insultos hasta llegar a gritos y golpes. Así es como el agresor comienza el infierno: Insulta y hiere emocionalmente para después pasar con el tiempo a los gritos y golpes hacia la víctima.

No se detallan testimonios de violencia sexual, pero sin duda es algo que ha pasado y pasa dentro de relaciones de noviazgo, donde el agresor obliga a su pareja a tener relaciones. La psicóloga Aguilar dijo que lo más visto a su alrededor por parte de estas relaciones es la violencia psicológica y física.

Lo más visto es que en una relación de noviazgo el hombre ataque a la mujer. Son pocos los casos reconocidos en donde el hombre sea la víctima. Como lo aclara uno de los psicólogos de Instituto WEN: Rodrigo Zúñiga, quienes se encargan de atender hombres con problemas de agresión.

Rodrigo acotó que la violencia física y psicológica, incluso los otros tipos de violencia, se dan en las relaciones de noviazgo tanto hacia hombres como hacia mujeres, que de tal modo que en cualquiera de los dos casos la agresión puede provocar consecuencias negativas física como emocionalmente.

Además Zúñiga mencionó que los roles y mandatos sociales parte de una sociedad machista, hacen difícil que muchos hombres denuncien, ni se expresen que son violentados por parte de su pareja, debido a la censura social que ello representa además de experimentar burla por parte de los demás, así como la incredulidad de muchas instituciones.

Por estos casos es que se hace complicado obtener datos confiables de cuántos hombres viven o han vivido violencia en sus relaciones de noviazgo. Sin embargo, Rodrigo aclaró que estadísticamente los estudios que hay, indican que las mujeres son más vulnerables a sufrir violencia.

De amigos a enemigos

Natalia es una joven de 20 años de edad que vive en Desamparados y desde hace un año mantiene una relación sentimental con Joshua un muchacho de 22 años. Joshua y Natalia comparten muchos tiempos juntos, salen con sus grupos de amigos o simplemente ven películas en la casa de Natalia.

Un día como de costumbre planearon ir al cine con un grupo de amigos, Joshua y lo demás amigos estaban esperando a Natalia afuera de su casa. Cuando ella salió vestida con una enagua, y un “crop top” que llegaba justamente a la altura de la enagua,  inmediatamente Joshua le dijo que se cambiara de ropa pues no le gustaba su forma de vestir. “Ese día me dijo que con mi apariencia parecía lo que llaman “tierrosa”, alguien sin estilo, sin gustos y poco agraciada”, aseguró.

Natalia no sabía qué hacer, se sentía mal e incluso avergonzada. Estaba atónita no podía creer que su novio le mencionara una molestia de este tipo y mucho menos se imaginó que después de la molestia de su novio, iría de inmediato a cambiarse tal y como él lo ordenó. Mientras lo hacía, uno de los amigos se le acercó y le reprochó el hacerle caso a su pareja, pues para él Joshua estaba equivocado.

Finalmente, Natalia tras analizar, decidió hacer caso a lo que su amigo le dijo y se fueron al cine. El rostro de Joshua era muy expresivo en su molestia pero prefirió ese día dejar el tema hasta ahí.

Sin embargo este no sería el único comportamiento agresivo de Joshua. En otras ocasiones su actitud estuvo relacionada a evitar que Natalia saliera con sus amigas o bien allegados pues cada vez que lo hacia los celos surgían, celos imposibles de controlar.

Un día Joshua enloqueció y empezó a gritar a decirle a Natalia que si él no estaba presente en cada una de sus salidas ella tampoco lo haría, su molestia sobrepaso los límites en cuestión de segundos, la tomó fuertemente del brazo y la zarandeó una y otra vez. Natalia se asustó y tras forcejar con él logró soltarse y huir del lugar.

Joshua no paró de llamarla y mandarle mensajes de texto hasta que en una  de las tantas llamadas Natalia decidió contestarle, en ese momento Joshua parecía arrepentido por lo que había hecho y se disculpó una vez más asegurando que no se volvería a repetirse un hecho de tal magnitud. Esta vez, Natalia decidió perdonarlo al asegurar que Joshua no le había pegado.

Pero las disculpas de Joshua no duraron mucho tiempo y en una nueva escena se generó otra discusión, discusión que acabó en daños físicos contra Natalia. A pesar de que era difícil para Natalia terminar con Joshua sabía que tenía que tomar una decisión y esa era dejarlo.

“Decidí terminar con él porque después de ver tanta actitud extraña en él, sabía que tenía que buscarle un rumbo a mi vida y en ese rumbo no estaban ni los golpes ni otras agresiones de las que pude ser víctima si no hacía un alto en mi relación” detalló.

¿Existe salida del círculo de agresión?

Para los expertos del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) hay una salida del círculo donde empieza la agresión de parejas. Aclaran que desde el momento en que existe una señal debe actuarse, sea mediante los programas escolares de prevención de la violencia de pareja (o violencia en el noviazgo) hasta la profundización de formación en igualdad de género y las iniciativas comunitarias dirigidas contra la desigualdad de género o tendentes a mejorar la comunicación y las aptitudes para las relaciones interpersonales.

La vocera del PANI Fanny Cordero es enfática en que las situaciones de conflicto, posconflicto y desplazamiento son claves en las situaciones donde se puede agravar la violencia, como la violencia por parte de la pareja, y dar lugar a formas adicionales de violencia contra las mujeres.

La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres. Las más recientes a nivel mundial dejan claro este panorama. Actualmente, una de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. La mayoría de estos casos son violencia infligida por la pareja. En todo el mundo, casi un tercio (30%) de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física y/o sexual por parte de su pareja.

En un noviazgo se viven muchas emociones, pero en las historias que se comentaron anteriormente, se vive un cuento del cual ninguna otra pareja quisiera vivir. La estudiante de psicología Karla  Villalobos comenta en el siguiente audio cómo poder luchar contra esto, como ayudar a adolescentes que viven de esta manera.

Karla Villalobos -
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En una relación de noviazgo esto se da más que todo hacia las mujeres, como así lo mencionó, Rodrigo Zúñiga, Psicólogo del Instituto WEN. Y visto sobre todo en las historias mencionadas. Un agresor comienza primero por la violencia psicológica y verbal, que es cuando empieza a insultar a su pareja y tratarla como si no valiera nada. Después de esto vienen  los golpes. Muchas veces estos empiezan a manipular a quien dicen amar, y es por esto que en muchos casos a la víctima le cuesta dejar la relación.

Una recomendación importante que deja la psicóloga Daniela Aguilar, es que se debe conversar tanto con el agresor y con la víctima, tener un diálogo, porque hablando son entendidas las cosas.

Fotografía: cortesía de Angélica Patiño Guevara. Imagen con fines ilustrativos.

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